
Cuando descubrí el maravilloso mundo del Padel, en las pistas del Nàstic, encontré en ese paraiso de cristal la justa medida entre la
competición y la gran sociablidad que genera este deporte.
El punto necesario de competitividad que convierte a cualquier deporte en válvula de escape de la rutina diaria.
Os mentiría si no os dijera que , aparte de mis aventuras náuticas, ahí en las jaulas de cristal, he pasado mis mejores momentos de ocio. Os espero en la Pista.
Catx.